¡Hola a todos! Me
llamo Irene, tengo 22 años, soy española y el verano de 2016 realicé el curso
de verano intermedio/básico de un mes en el instituto KICL, Kioto.
Llevaba tiempo
planteándome realizar un curso de japonés en el país nipón y, al informarme
sobre esta escuela, me decidí finalmente a hacerlo.
Me gustaría hablaros
de las mejores experiencias que viví ese mes, ¡aunque es difícil elegir solo
algunas!
En
primer lugar, querría hablar de la estancia y las clases. Cuando me inscribí,
decidí realizar la estancia en familia, y no puedo estar más contenta de haber
tomado esa decisión. Tuve la suerte de vivir con una familia de 4 miembros
encantadora, que me trató como a una hija más (¡celebramos incluso mi
cumpleaños con una gran comida y un rico pastel!) y gracias a la cual mejoré
mucho en el idioma. Aún mantengo el contacto con ellos y espero tener la
oportunidad de volver a alojarme en su casa cuando realice el próximo curso en
la escuela, porque, sin duda, ¡repetiré!

Por otra parte, la
escuela resultó ser un lugar de lo más acogedor. Esto es gracias el personal,
que es muy agradable y siempre está dispuesto a ayudar a los estudiantes en
todo lo que pueden. Durante el proceso de inscripción me ayudaron incluso a
encontrar alojamiento cerca de la escuela para los días que previos a la
estancia en familia. Y qué decir de los profesores… En general son muy
dinámicos, simpáticos, comprensivos y hacen que se os pasen las horas volando.
Un tercer motivo por el que la vida escolar engancha, son los amigos que se
hacen. Esos compañeros de viaje que acabáis de conocer pero con los que,
después de un mes, ya compartís tanto que os seguís acordando de ellos por
mucho tiempo que pase.

En segundo lugar, me
gustaría animaros a apuntaros a todas las actividades extraescolares que
ofrecen si os decidís por esta escuela. Se aprende mucho más de la cultura e
idioma nipón durante dichas excursiones porque uno se mete de lleno en la
actividad y tiene que comunicarse en japonés en todo momento. Eso sí, que no
cunda el pánico si pensáis que no tenéis el nivel y que no os enteraréis de
nada. Los profesores siempre os acompañarán y os facilitarán la comprensión.
Por mi experiencia puedo decir que todo el que se apuntaba, ¡disfrutaba como un
niño!
Yo pude participar en
algunas visitas, como al templo de Kiyomizudera
(清水寺), y a actividades como caligrafía, hacer pasteles
japoneses, pintar abanicos, aprender a ponerme el yukata (浴衣)y a
realizar un baile tradicional. Todo resultó de lo más interesante y divertido.
En tercer lugar, me
gustaría destacar la gastronomía de todo el país (¡probadlo TODO, por favor!)
y, en concreto, la especialidad de Kioto: el matcha (抹茶) (té
verde japonés para las ceremonias). ¡Hacen de todo con matcha: helados, pasteles, platos salados…! Y aunque seáis
reticentes al té en sí o a su amargor si lo habéis probado antes fuera de
Japón, os aseguro que en Kioto no tiene nada que ver. ¡Dadle una (segunda)
oportunidad y os encantará!
En cuarto lugar, si no tenéis la suerte de poder realizar una estancia
de un año allí, como me pasó a mí, creo que Kioto y el verano son una gran
combinación. Es cierto que es un lugar húmedo y que hace mucho calor (os lo
dice una andaluza), ¡pero solo por poder contemplar la belleza de la ciudad y
participar en la cantidad de festivales que allí se celebran en verano, merecen
la pena ese pequeño sacrificio! Y pese a las multitudes, que nada os frene a la
hora de visitar todos los monumentos y templos, aunque no os guste ir a lo
típico. Por ejemplo, el templo de Fushimi Inari (伏見稲荷大社) y Arashiyama (嵐山) son visitas obligadas, ¡os enamorarán!
Y aunque Kioto sea desde entonces mi segundo hogar, una vez os lo
hayáis recorrido bien, no dejéis de aprovechar para visitar el resto del país.
Si os informáis bien sobre las distintas tarifas para viajar en tren, por
ejemplo un fin de semana por toda la región de Kansai (関西地方), podréis visitar muchos lugares distintos, como
Nara (奈良市), Osaka (大阪市) y Kobe (神戸市), y no os saldrá tan caro como creéis.
Por último, os aconsejo que vayáis con un calzado y ropa adecuados
para estar cómodos, porque andaréis un montón sin daros cuenta, y también que
dejéis el pudor a un lado para relajaros y disfrutar de los maravillosos sento
(銭湯) y onsen (温泉).
¡Animaos y que lo disfrutéis!
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